Quince minutos -Capitulo V- Todo es mío

Esa vez era yo el que llegaba tarde al local. Había ido al dentista, empecé con problemas en los dientes muy joven y parece que no acabaré con ellos hasta que el último me abandone o yo la palme, lo que suceda primero. Todavía tenía la boca dormida y cuando hablaba parecía masticar un trozo de algodón. Vamos, que no iba muy atento y como la puerta del box se abría hacia afuera, estuvo a punto de volarme la nariz. Parches salía escupiendo sapos y culebras después de abrirla de una patada. –¡Joder, Parches ves con cuidado! Aunque debió sonar más bien: Oer Marches ves on... Bueno, basta, ya lo pillas, ¿no? –¡Gordo! ¡Mierdecilla! Quítate de en medio, ¡jodido lameculos! Madrid, Atocha 2023 001 Parches no es un tipo que pierda los estribos con facilidad, un batería no puede hacerlo, su lema debe ser siempre: tempo, tempo y tempo, aunque parezca que se le ha ido la cabeza en realidad no puede permitírselo nunca. Por lo demás, como los otros, siempre estaba intentando ponerme...